jueves, 10 de noviembre de 2016

Diálogos interrumpidos


El diálogo es de dos
o de uno solo con su otro yo
según logró enseñarnos
el divino Platón
cuando en la Grecia clásica
se desbocó
por academias paseantes
cara al sol.
Nadie dialoga ahora
como antes se dialogó.
La juventud airada
no es que no tenga razón,
es que debe compartirla
con el que le precedió
para buscar la verdad
en cualesquiera ocasión.
Diálogo, diálogo, diálogo
sin enrocarse en el NO
y a las bravas porque sí,
porque así lo estimo yo
y porque  no hay mayor gracia
que estar de acuerdo entre dos.
En la duda existen formas
fuera de la obcecación
en que uno solo se obstina
por orgullo o por temor.
Dicho en castellano claro:
la estéril separación
no le conviene a ninguno
quede mejor o peor.
Aprendan los aprensivos
de una sola dirección.
La verdad es comprensiva,
la practicó Salomón,
el rey sabio que sabía
darles la razón o no
a ambas madres que pedían
apropiarse de un mamón.
Todos conocéis después
cómo ese juicio acabó,
no partido en dos mitades
sino devuelto a su amor,
ay amor, cuán bien nos haces
reconociendo el error
de la madre preterida
frente a la que le crió.

918470225

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