viernes, 20 de septiembre de 2013

El beso de la Reina



Besos que no das,
besos que se pierden
en los labios secos
de quien los espere.
La Reina besó
y  el Rey, sonriente,
besar se dejó.

El tiempo acostumbra
seguir por sus fueros;
donde hubo cenizas,
antes hubo fuego.
Y el Rey y la Reina,
de todos primeros,
besa que te besa.

Perfecto, Señores,
Nos los merecemos
los que a sus desplantes
no somos ajenos.
Un beso es un signo
acompañadero
de paz y optimismo.

Que no, no se queden
los besos sin dar,
por más que el amor
diera vuelta atrás.
Puede que algún día
de felicidad
reste todavía.

Y en esas estamos,
don Juan y Sofía;
por el bien del pueblo,
besos a porfía.
Debe la Corona
ser fotografía
de antaño y ahora.
A besarse más
ante el pueblo unido,
que besarse es justo
lo que no hemos visto.
¡Ay, la Monarquía!
¡Ay, cuántos disgustos
a la luz del día!

Pero se acabaron
por un beso griego,
reflejo platónico
de ánima y de cuerpo.
Como debe ser
en este universo.
Bésense otra vez.

a.sotopa@hotmail.com
91 847 02 25


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