lunes, 26 de agosto de 2013

“Fuera de programa”

Alberto Martín Baró,
varón barón de escuela,
tu enseñanza no es vana,
tu letra no es pequeña.
 
Colocas bien las tildes
justo donde se espera
y continuamente
marchas a nuestra vera,
maestro, pedagogo,
dictándonos las reglas
del buen comportamiento
en esta vida seria.
 
Que la vida iba en serio
lo dijo Gil de Biedma,
pero tú lo suscribes,
lo matizas y elevas
en un lenguaje bello
sin borrar nada de ella.
 
Nos quedamos después
de leerte, a sabiendas
de que un ángel vidente
nos subió a las estrellas,
nos hizo más mejores,
nos dio alas de veras,
nos consoló y abrió
a la lucha perpetua
contra las ignorancias
y las inconsecuencias.
 
Descansa, buen amigo,
has dejado ya huella.
Es “Fuera de Programa”,
una lección excelsa.
 
Anda, dedica y firma
cuanto se te ofrezca
después de que se acabe
esta corrida fiesta
cultural por demás,
deleitosa y amena,
que sé que los oyentes
te van a aplaudir, fiera,
fierecilla domada
que sabes lo que cuentas
por vivido y leído
en cien enciclopedias:
las del paseo al monte,
las del despacho ciertas,
las del amigo sabio,
que andando te conversa,
las de los bares,
las de la prensa,
las de las ondas
que vuelan, vuelan…,
las del Lucrecio aquel
de la naturaleza,
que escribiera de Roma
pensando, ay, en Atenas,
las de Horacio y Hesíodo
de las odas serenas,
¡oh trabajos y días
Inclinado en la mesa!,
las del dulce Virgilio
cultivando la tierra,
las del Dante y Petrarca,
por Venecia y Florencia
recordando en sonetos
beatrices inmensas…,
las de Góngora y Lope
con Cervantes a cuestas…
 
He llegado al final;
si son cien o trescientas,
cual las del Laberinto
de Juan de Mena,
que lo diga el Maestro,
que el vate se sienta.
 
¡En pie, espinariegos!
Es la mejor respuesta
un aplauso rendido
a quien tengo a mi diestra.

91 847 02 25

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