ni quiero
llamar Sancho a Pedro Sánchez
pero
entrambos se cuela una modorra
pulsión por
verse y ensancharse,
ya que
juntos los tenemos este julio jubiloso
en Madrid
“rompeolas periféricas”
haciendo “el
segador” y haciendo el oso
en una
relación estratosférica.
O feérica
acaso, ya que fuegos
enteramente artificiales
van subiendo al cielo
de su boca
impostada por el juego
que se traen
entre manos con recelo.
Dejarlos a
los dos solos a solas
ha de ser el
mejor sino el primero
de los
deberes cívicos de españoles y españolas
que los
pongan a parir al retortero.
Sometidos por
ellos a numerosos desconsuelos
—a los que
zafiamente nos han acostumbrado—
no cabe otro
remedio que darlos por saldados
y olvidarlos
o tirarlos por los suelos.
Sea así
pronto o tarde lo veremos.
La lucha es
permanente y desigual.
Cabeza
equilibrada mantendremos
hasta el
triunfo final.
España es
una y libre.
Dios nos
libre
de
quebrantar su integridad
por crímenes
horrendos de lesa humanidad.
Que el tal
Sánchez y el Torra
se olviden
de chorradas.
No existen
coartadas
ni con esa
su pachorra.
91 8470225
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