Palabras hermosas

Palabras hermosas son:

justicia, verdad,

pasión, libertad,

mente y corazón.

Palabras hermosas son:

honradez, ciencia, cultura,

pedicura, manicura,

agricultura y razón.

Palabras hermosas son:

prójimo, mujer, amigo,

pero, pera, breva, higo,

castaña y melocotón.

Palabras hermosas son:

padre, madre, hijo, hija,

lagartijo, lagartija,

castaña y camaleón.

Palabras hermosas son:

iglesia, suplicatorio,

ermitaño  y oratorio,

español e ilusión.

Palabras hermosas son:

altar, nave, presbiterio,

claustro, ciprés, monasterio,

barbacana y torreón.

Palabras hermosas son:

abadía, sacristía,

rosafría, canonjía,

mariposa y moscardón.

Palabras hermosas son:

corrección y correctivo,

pino, chopo, chivo, olivo,

jacinto y romero en flor.

Palabras hermosas son:

azucena, yerbabuena,

alcancía y alacena,

silla, mesa y butacón.

Palabras hermosas son:

las calladas y nombradas

dulcemente moldeadas

en esta y otra ocasión.

Tenedlas en cuenta con

ciencia, amor y paciencia

y tendréis en consecuencia

satisfecho el corazón.

a.sotopa@hotmail.com

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Los movimientos del corazón

El corazón, constantemente,

me llama y me golpea

pero no le abro siempre.

El corazón me gotea

y apenas si una idea

se me acerca a la mente.

El corazón insiste en suicidarse

¿y yo quién soy para pararle?

Con quien menos te lo piensas

el corazón se te va

unas veces adelante,

otras veces hacia atrás.

Es un niño caprichoso

que no sabe más que amar.

A la derecha no llega

por su propia situación

y en la izquierda se nos queda

con más o menos pasión.

¡Ay corazón, corazón,

el que te puso ese nombre

debía tener razón!

a.sotopa@hotmail.com

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Marisol, Goya de honor

“Desde mi ventana

el mar no se ve”,

cantas ya en la solitaria

playa de la vejez.

¡Ay, Marisol, Marisol

y cómo cabalgabas

por la Costa del Sol!

Sobre una yegua alazana

te veía yo,

dorada cual la mañana

en explosivo esplendor.

Tú más lucera que ella

al borde del agua

hecha una estrella.

El Premio Goya no colma

tu insatisfacción vital

en la Málaga asombrosa

de las palmeras y el mar.

Te sobra el Goya de Honor

en ese retiro huraño,

Marimarisol.

Sol del cine sesentero

del panorama español,

me quedo con tu sombrero

como el recuerdo mejor.

Y con la rubia pamela

que te ensombrecía el rostro

y tapaba la coleta.

a.sotopa@hotmail.com

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Rimas concertadas al tiempo indesmayable

Antes, ahora y después
de instantes está hecho el tiempo,
nosotros vamos con él.

Impávido se nos queda
avejentado en el cuerpo
mientras que pasa y nos lleva.

Llegó antes que nosotros
y no se va a marchar nunca
porque tiene mucho morro.

Puede que se apague el sol,
puede que la luna muera,
pero él jamás, nunca, no.

Es pasado y es futuro
Y es presente en todo modo
y es tan claro como oscuro.

Lo contamos como un cuento
de horas, días, meses y años
que no se los lleva el viento.

Y a minutos y a segundos,
con espadas de relojes
marcándole siempre el rumbo.

Y siempre le queda tiempo
por detrás y por delante
aunque se termine el cuento.

Nosotros sí que nos vamos
y un vacío de tristezas
dejamos en los que amamos.

Los árboles no le alcanzan,
los peces no le consumen,
las aves le dan sus alas.

Un poquito cada día
nos encoge, nos arruga,
nos maltrata y nos fatiga.

Pero él siguirá tan pancho
su camino interminable
tanto arriba como abajo.

Al final quedará solo
en el mundo que habitamos
los que tenemos tan poco.

Igual le va a dar al tiempo.
Conoció la soledad
antes de espiarnos muertos.

Dejémoslo que se quede.
Es su esencia perdurable
como la de Dios, indemne.

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Las neuronas en red tributaria

Siento que me borbotean las neuronas cuando me siento a escribir


y como ondas tributarias
 me allegan y dan de sí

ideas y pensamientos del cotidiano vivir.

Ojalá que os ocurra
 a vosotros lo que a mí.

Vienen de célula en célula como orugas oro abril


y se debaten entre ellas cuál palabrita elegir

para expresarla a mi gusto y al del seguidor gentil

que a diario me lee
 como rasgando un violín.

Y eso es maravilloso, lo juro que es así

porque el lector curioso se sobrepone a mí,

y yo gustoso
 con su talán, tilín,


por un campo de flores de mayo y abril.

Se expanden enredadas de mil a cien mil


por el cerebro humano dispuesto a ese fin,

que es el que nos entendamos

en España y en Pekín.

Cerebro humano,


qué bello jardín


de anémonas y rosas, todas pitiminí,


todas saliéndose a flote 


por la boca carmín


y por la mano blanca


que no se cansa de escribir: lirio, nardo, lavanda,

lila, cactus, alhelí,


azucena, tulipán,


caléndula o colibrí.

Me paro, amigos,


me paro aquí,


porque es que tantas 


maravillas os podría decir


que la pantalla de internet


se quedaría estrecha en tal perfil.

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Poeta menor

A gloria y orgullo tengo

Ser un poeta menor

Que apenas solo se ocupa

De cosas de este tenor,

Como contar qué nos pasa

En prensa y televisión,

Que las dos hacen de ellas

Un simple reality show.

La vida está en otra parte,

La que sufrimos tú y yo,

Y no en esa en que el gobierno

Nos llena de distracción,

Hoy de la Ceca a la Meca,

Mañana, vete a ver Dios.

En medio de tantos mandos

¿quiénes somos tú y yo

O a quienes representamos

En tal representación,

Si es que a alguien representamos

En este torpe tostón?

Yo poetizo la vida

Diaria del pormenor:

Tener trabajo, cuidar

A los hijos de mi amor

Y esperar a que ellos tracen

Su camino como yo,

Sin que el gobierno de turno

Les imponga un pin, pan, pon.

Ya estamos hartos los padres

De dirección e imposición

En lo que deber debemos

Como culpables o no.

Libertad, ¡cuánto mereces

Mi mayor estimación!

Libertad y nada más

Que la libertad…, mejor.

Punto pelota redondo

Y adiós, adiós.

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Viajes maravillosos

Un día voy a juntar

al Mago de Oz

con Peter Pan

para que me cuenten

a mí nada más

lo que sintieron

echándose a volar

por encima del aire

del bien y del mal.

Un día seré yo

Le Petit Prince del hogar

y El Ruiseñor nocturno

de Don Oscar Wilde

con los Hermanos Grimm

soñando sin parar

corre que te corre

a mi meta ideal.

Un día también

-qué guay, qué guay-

me pondré unos Zapatos de fuego

para caminar

y me iré con Tim el gordo

de aventuras hasta el final.

¿No hay máquinas ahora

que hasta la Luna o Marte van?

Pues en ellas yo podría

marcharme igual/ Decidme que no… /y me pongo a llorar/ Arre, artefactótum,/ llévame ya/ por el mundo de los sueños/ a disfrutar!

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Juego de trileros

Al ratón y al gato

juegan los trileros

don Pedro y don Pablo.

El nuevo gobierno

no es nada pazguato

en sus estrategias

de esconder el rabo

pero va a quedarse

muy poquito rato

al frente del pueblo

que le ha revotado.

Solo seguirá

si los ciudadanos

le ven confortable

para sus gazapos.

Juego de intereses,

pelea de gallos,

yo soy el escriba,

yo soy su notario.

Si no se convienen,

allá ellos, payasos.

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Benditos podólogos

Nos vestimos por los pies

y andamos por los pies también

el hombre y la mujer.

Los pies nos aseguran,

los pies nos reencaminan,

los pies nos determinan,

sostienen y configuran.

Ataduras las mínimas,

solturas todas,

masculinas y femeninas

de señores y señoras.

Y de gatos y de perros,

de gorilas y de pájaros,

de lobos, zorros y ciervos

y de ilustres patizambos

como el lustrado Quevedo.

Dadme pies, llamadme tonto

mientras que yo siga andante

por el mar del Helesponto

y desde ahí en adelante

por la tierra puro polvo.

¡Oh los benditos podólogos,

cuántas gracias darlos hemos,

pues que nos cuidan a modo

de cirujanos supremos!

Dios puso a la especie humana

en un jardín de delicias

y desde entonces se incia

una carrera espartana

que la meta ve propicia

a su propulsión piediana.

No saltaría la rana

si pies no tuviera ella,

que desde la verde yerba

se tira al agua y se salva

de ser ahogada

la verde doncella.

Pongo fin a esta eutrapelia

que conservo hasta mañana

aunque me dé vuelta y media

con su apostura galana.

a.sotopa@hotmail.com

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Publicidad comecocos

La Publicidad, ad, ad, ad

nos invade y carcome

la capacidad

de ser mujer u hombre

en plena libertad.

La Publicidad, ad, ad, ad

es una comecocos

con su vulgaridad

de rostro en rostro

dándonos lecciones.

La Publicidad, ad, ad, ad

nos invade y nos impone

todo de todo:

perjúmenes, canciones,

libros, paisajes, hamburguesas,

chocolates y polvorones,

tornando al ser humano

de tan variados gustos y aficiones

en un consumidor

simplemente uniforme.

La Publicidad, ad, ad, ad…

qué derroche, derroche

de buenas y de malas intenciones

de los que nos dominan

por ricos a los pobres.

La Publicidad, ad, ad, ad…

esa endiosada diosa

adorada por todas las naciones.

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Variedades de verde color

Verde naranja

Verde limón

Verde oliva

Verde lechuga

Verde melón

Verde lagarto

Verde verderol

Verde pisaverde

Verde girasol.

Verde bellota

con capuchón

Verde nuez

en forma de corazón

Verde aceite

resbalador

Verde vara

de vareador.

Verde yerba cortada

por el guadañador

Verde caña

Verde cañón

Verde niña verde

en cosas de amor

Verde la moza

y verde el mozo

con el que casó

Verde la hoja

que al chopo salió

Verde la serpiente

venenosa pitón

Verde vino verde

de dulce sabor.

Verde pepino

Verde pino verde

de piñas marrón

Verdes ranas

de cuerpo saltador

Verde viento

Verdes ramas

que Lorca cantó.

Verde valle

Verde monte

Verde alcor

Verde llanura

Verde meseta

Verde sendero caminador

Verde primavera

de flor en flor

Verde saltamontes

volador.

Verde boina verde

de verde esperanzador

Verde guardia civil

ejemplo del honor

Verde laurel

el que me merezco yo.

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El pájaro azul

Tytyl y Mytyl,

dos pájaros de cuenta

del conde Maeterlinck

tras El pájaro azul

escrito para divertir

a los niños soñadores

de un mundo nuevo por venir

y una auténtica novela

y una auténtica “feerie”,

me deleita, me entretiene

y me hace muy feliz

por su transida poesía

bella y sutil.

Leo el libro con sumo

placer libreril

y me enfondo en sus hallazgos

de psicología infantil.

Ojalá la realidad

fuera tan así

como la describe

el conde de Maeterlinck.

Yo soy ese niño

que sueña con un Jardín

de delicias propicias

con principio sin fin

al que de momento

me abstengo de ir

por no sé qué rubor

que me impregna a mí.

Dejadme que acomode

mi sentir a su sentir

y entonces luego

todo será reir,

lo que os deseo

como a Tytyl y Mytyl

tras el pájaro azul

del continuo existir.

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Año Galdós

 Año centenario es

este de Pérez Galdós

que a la derecha del dios

Cervantes sentado esté.

En el madrileño Edén

de los antiguos cafés

Comercial y Gran Gijón

su inteligencia afiló.

No hubo canario como él

ni semejante español

que luciera igual que el sol

en un nuevo amanecer.

Yo guardo -testigo fiel-

su abrecartas violador,

el que usara con primor

para rasgar el papel.

Benito Pérez Galdós,

cuerpo de cabo furriel,

fue sin duda un corredor

de la historia a flor de piel.

España le debe a él

-inquietante creador-

cien obras a cual mejor

más los filmes de Buñuel.

Mujeriego y solterón,

probó la hiel y la miel

de toda revolución

en batallas sin cuartel.

Goce por tanto el lector

de su altísimo nivel

cronista y novelador

y ríndasele después.

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