miércoles, 22 de enero de 2020

Las neuronas en red tributaria



Siento que me borbotean las neuronas cuando me siento a escribir

y como ondas tributarias
 me allegan y dan de sí
ideas y pensamientos del cotidiano vivir.

Ojalá que os ocurra
 a vosotros lo que a mí.
Vienen de célula en célula como orugas oro abril

y se debaten entre ellas cuál palabrita elegir
para expresarla a mi gusto y al del seguidor gentil
que a diario me lee
 como rasgando un violín.

Y eso es maravilloso, lo juro que es así
porque el lector curioso se sobrepone a mí,
y yo gustoso
 con su talán, tilín,

por un campo de flores de mayo y abril.

Se expanden enredadas de mil a cien mil

por el cerebro humano dispuesto a ese fin,
que es el que nos entendamos
en España y en Pekín.

Cerebro humano,

qué bello jardín

de anémonas y rosas, todas pitiminí,

todas saliéndose a flote 

por la boca carmín

y por la mano blanca

que no se cansa de escribir: lirio, nardo, lavanda,
lila, cactus, alhelí,

azucena, tulipán,

caléndula o colibrí.
Me paro, amigos,

me paro aquí,

porque es que tantas 

maravillas os podría decir

que la pantalla de internet

se quedaría estrecha en tal perfil.

918470225

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