Un día
voy a juntar
al Mago
de Oz
con
Peter Pan
para
que me cuenten
a mí
nada más
lo que
sintieron
echándose
a volar
por
encima del aire
del
bien y del mal.
Un día
seré yo
Le
Petit Prince del hogar
y El
Ruiseñor nocturno
de Don
Oscar Wilde
con los
Hermanos Grimm
soñando
sin parar
corre
que te corre
a mi
meta ideal.
Un día
también
-qué
guay, qué guay-
me
pondré unos Zapatos de fuego
para
caminar
y me
iré con Tim el gordo
de
aventuras hasta el final.
¿No hay
máquinas ahora
que
hasta la Luna o Marte van?
Pues en
ellas yo podría
marcharme
igual/ Decidme que no… /y me pongo a llorar/ Arre, artefactótum,/ llévame ya/
por el mundo de los sueños/ a disfrutar!
No hay comentarios:
Publicar un comentario