—catalana,
por supuesto—
y lo ha
hecho con el fin
de demostrar
que es delfín
del
Puigdemont interpuesto.
Hablamos de
Quim el Torra
o Torrá,
pues que a más va
en su parla
de cotorra
por el
prusés “en avant”…
Y el español,
a esperar.
Españoles
somos todos
en una
empresa común,
pero él no
encuentra acomodo
porque está
pim pam, pim pum…
y no se ha
sentado aún.
Se alza Quim
Torra en su torre
supremacista
sin duda
y arremete y
acumula
muy solemnes
despiporres
en pro de
“su” Catalumnia.
Lo hace sin
parar de hablar,
y borracho
de palabras
como
“entendimiento”, “paz”,
“diálogo”,
“respeto” y tal…
nos lanza un
abracadabra.
¡Y que
tengamos que estar
pendientes
de este torrado!
Pobrecito,
se ha quemado
ya antes de
gobernar
por empezar
a matar.
De respeto
al otro, nada,
y de diálogo
tampoco.
Más parece
un comecocos
que un
aspirante en batalla
salido del
manicomio.
Pide paz y
habla de guerra.
Pide diálogo
y se enroca.
Pide unidad
y se emperra
en la mitad
que le toca.
A ver si es
que alguien le encierra.
¿La CUP, el
C,s, el PSUC,
el Doménech
de En comú,
o el
rajoyano PP?
Cualquiera
pudiera ser…
y tururú,
tururú.
Una ocasión
más perdida
de acabar
con la partida
del embrollo
catalán.
Ay Señor, qué
mal parida
su
ultimísima ofertá.
Vete a la
porra Quim Torra.
Déjanos a
nuestra suerte,
que más vale
ya no verte
que oírte
como a cotorra
que lo bueno
en mal pervierte.
Se acabó el
supremacismo,
se acabó tu victimismo.
Cuando
quieras ven a verme,
que te voy a
dar lo mismo
que me das
sin conocerme.
91 8470225
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