Dos pájaros
sobrevuelan
en el aire
sostenidos
y uno a otro
se consuelan
dándole
quehacer al pico:
—¿Qué te
pasa, ave de plumas?
—Lo que a ti
y no más te digo.
—O sea, que
vas de paso,
tras
abandonar el nido
y no quieres
deleitarme
con tus
píos, píos, píos.
—En efecto,
compañero,
volar
callado es mi oficio.
y yo
silencioso al mío.
Esto nos hace pensar
que el obrar más que el hablar es
productivo.
918470225
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