Adiós a Andrés Sorel

Segoviano hasta las cachas
y luchador procaz,
Andrés Sorel no hubo descanso
en la búsqueda de su verdad.
¿Cómo era esa?
Singular y plural.
De manera que hizo
su vida laboral
siguiendo a Ángel María de Lera,
su maestro causal
fundador de la ACE,
que le supo encauzar
hacia “Liberación”,
el diario francés liberal
al que en España
trató de imitar.
Por los siglos de los siglos
descanse en paz
el que nos dio a conocer
la literatura de la izquierda radical.
Fue polémico el hombre y el amigo,
lo hizo bien y lo hizo mal,
y con su barba y pelo blancos
parecía un profético patriarcal
de los de la antigua usanza
que ya no son de usar,
pero no se le puede
descartar ni olvidar.
Andrés Sorel
con nosotros no está
y sin embargo se le evoca
cada día más y más.
Que nos mire desde el cielo o del infierno
nos da igual.
Por segoviano se merece
posar para la posteridad.
Adiós, Andrés volátil,
más de uno te continuará
Yo te veo muy a bien con Salomé,
musa leal
que te supo entender
y dar su amistad,
y lo mismo que ella
te habré de recordar
por tu insistencia
en el hecho capital
de escribir y escribir
a favor de la igualdad,
Quédate con nosotros
aunque estés Más Allá.
Leyéndote sabremos
cómo actuar
con sensatez paciente
y dignidad.
Lo dicho, Andrés Sorel,
y basta, basta ya,
que tendremos que hacer
lo que tú hiciste sin parar.


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