que se
parece a mí mismo
como el
calzado a los pies
y como el
clavo al martillo
¿habrá de
dejar de ser
el compañero
intimísimo
que me ha
permitido ver
tantos paisajes
bravíos,
tantas
tiendas de piel/piel,
tantos
borrados caminos,
tantos
sitios de comer,
tantos oasis
sin ruido,
tantos
palacios de miel,
tantos
naranjos y olivos,
tantos
teatros en pie,
tantos
litorales híspidos,
tantas
iglesias de fe?
¿Va a
dejarme en el olvido
con lo que
supuso y fue
para mi
cuerpo extendido
con majestad
y placer
y con los
cinco sentidos
al mando de
su correr
acelerado a
lo vivo
hasta ya no
más poder?
¿Va
marcharse al precipicio
con tanto lo
que he de ver,
con tanto lo
que me quiso
y pudo
satisfacer…
que éramos
uno y el mismo
en la cumbre
al renacer
y al yacer
en el abismo?
Nunca lo
podré entender.
Adiós,
adiós, cochecito,
y que a mí
me vaya bien.
91 8470225
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