que daban
sombra por los veranos
a la casita
de los ancianos
de Guadalix,
mi Hogar amado.
Hoy sin las
ramas que al sol dorado
le retenían
los rectos rayos…
es el Hogar
templo templario
de locutores
viejos y sabios.
¡Cuántas
mañanas de parvulario
adjunto en
trinos de niño y pájaro
viví a su
sombra! Adiós pasado,
y que hablen
otros, que ya me callo.
¡Oh,
juventud!, pasé de largo
mientras tú
eras mi gozo claro
y ahora me
veo como el muchacho
al que
apuntaba vello en el labio,
vello en las
piernas de los bombachos,
vello en las
ingles, vello en los brazos,
vello en la
espalda y en los muslazos
igual que
juncos en los ribazos.
La vida es
trauma, la vida es cambio
desque
nacemos tibios, rosados…
y a leche
blanca nos afanamos
siempre
sedientos, siempre colgados.
¡Oh madres
ubres, dadnos la mano
en el camino
por el que vamos
a hacernos
hombres amamantados
bajo ese
pecho lácteo, sagrado…
que nos
mantiene fuertes, juntados
de rama en
rama del arbolado
del que
surgimos y hoy es podado
solos
dejándonos!
91 8470225
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