van la
tortuga y el caracol
por el verde
prado
gozando del
verdor,
si una,
señora,
el otro,
señor.
¿Y qué les
encanta?
Pues tomar
el sol,
que baja y
les dice:
vuestro
amigo soy
y aquí con
vosotros
para
calentaros,
que caliente
estoy.
¡Oh, qué
bien!, prorrumpen
con la cara
al sol
la lenta
tortuga
y don
caracol
con la casa
a cuestas
tirando los
dos
despacio,
despacio,
no hay que
correr, no,
podemos
caernos
y el paseo…
¡adiós!,
dícense
entre ellos
para su
interior.
¡Pero ay
cuánta baba
y cuánto
sudor
desparraman,
torpes,
por
alrededor!
Entonces la
lluvia
hizo
aparición.
Cayó gota a
gota
y les
remojó.
De modo que
así,
tostados de
sol,
volvieron al
hoyo
que les
cobijó.
La cabeza
loca
la tortuga
hundió
bajo la
sombrilla
del
caparazón
y sus altos
cuernos
hundió el
caracol,
dando a Dios
las gracias
por su gran
amor,
el corto
paseo,
la lluvia y
el sol.
¡Quién fuera
tortuga
y quién
caracol
para
guarecerse
en toda
ocasión!
91 8470225
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