La diputada Escudero,
escudada en su apellido,
al Rufián le ha respondido
que la llamara “palmera”
guiñándole el ojo fiero:
“imbécil, ya tú quisieras”.
Pues eso, que ni de veras
ni de mentiras obtienen
las mujeres las quimeras
que en sus horas altas tienen:
ser iguales que los hombres
en sus costumbres y nombres.
Palmas a la segoviana
y silencio de la izquierda,
que cada día es más lerda
ante esta sexi tangana:
no defenderse a sí mismo
del insultante machismo.
a.sotopa@hotmail.com
91 8470225
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