más tristes
esta noche.
Quiero ser
el Neruda
de sus odas
atroces,
elementales,
sí,
pero también
rellenas de pavores.
Quiero
contar que el mundo
gira peor
que se supone.
Por dónde empiezo
dímelo tú
que me conoces
más que yo
mismo y mi consorte.
Yo no soy
juez y sin embargo
le culpo al
otro de mis brotes
de locura
senil e intolerancia
muchas veces
a voces.
Ya está
bien, Señor mío,
de que me
incomoden,
de que me
hagan llorar,
de que me
borren
de sus
amigos,
de que me
llamen borde
por decir lo
que pienso
día y noche,
aunque en la
noche también sueño
un mundo
diferente que me ronde,
y no lo
encuentro.
Esos
reproches
no me son de
recibo,
no van
acordes
con lo que
soy y he sido:
un vasto
hombre
que acumuló
sabiduría
hasta el
derroche.
Tened piedad
conmigo.
Dadme ese
solo importe.
91 8470225
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