—la pampa de
los ensueños
de la que no
somos dueños
los humanos
con razón—
encontráronse
una vez
la niñez y
la vejez
y
discutieron a voces.
—Es que tú
no me conoces,
dijo la
vejez sombría.
—Es que tú a
la infantería
la has
dejado muy atrás,
respondióle
sin parar
la impetuosa
niñez
embriagada
de altivez,
y se dieron
“zas, zas, zas”…
No fue en la
vida real
sino en pura
Fantasía,
la de la
sabiduría
de la Verdad
ideal:
Niñez y
Vejez juntaron
sus manos y
hacia la escuela
—corre que
corre y que vuela—
felizmente
caminaron.
Y es que los
abuelos son
como la osa
y el oso
un peluche
cariñoso,
918470225
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