para tratarlos así,
como a hombres de deshecho
del país catalaní
que la bífida Gispert
echó a perder, lo leí?
Pues yo qué sé, quizás fuera
que estaba fuera de sí
y les tildara de todo
lo malo que hay por ahí
del Canigó para abajo
y por supuesto en Madrí.
Toma ya catalanía
con la que lloré y reí
por la ingrata villanía
de la Gispert sobre mí
y sobre todos aquellos
que se expresan en cañí.
Pero los cerdos ¿qué culpa
tienen del zaquizamí
que ha armado esta tonta inútil
del parlament romaní
que nos une y no desune
a nadie, ni a mí ni a ti?
Pues ninguna, pues que son
carne común porque sí.
En tal ambiente encerdado,
cuánto cerdo y cerdalí
nos representan, señores,
a los de aquí y los de allí.
Callémonos, dijo el zorro
al “alcaraván comí”.
918470225
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