Al término
de la vida,
qué tristeza
y qué alborozo
posan en mi
corazón
rimando un
romance en O-O.
Ambas
emociones surgen
como del
fondo de un pozo
y me apresto
a registrarlas
con espíritu
animoso
para que
brillen a tope
los tiempos
en que fui otro,
otro más
tierno y sensible,
más profundo
y candoroso.
Bellos son
los re-encuentros,
bellos
también los rastrojos
de aquellos
versos sonantes
de mis
verdes años mozos,
cuando en
Granada leía
a la sombra
de los chopos
y luego escribía
a solas
imitaciones
de tropos
de Góngora y
Garcilaso,
de Lope,
filón de oro,
de Quevedo y
de Zorrilla,
mezclados
codo con codo
con Calderón
de la Barca
y su
Segismundo a modo
de un rey
encerrado en un
tristísimo
calabozo.
Yo era ese
rey padeciente
con lágrimas
en los ojos,
pero a la
vez era Sísifo
con un
pedrusco en el lomo,
que no
lograba subir
adonde
estaban los otros,
los muy
amados poetas
que me
incitaban a coro:
“ven, ven,
que la altura es bella,
tú puedes
como nosotros
desasirte de
torturas
y
emborracharte de gozos
juntando
esfuerzo y talento
ante
cualesquiera escollo”.
Les hice
caso y subí
las gradas y
grados todos
de la
enseñanza de entonces
con la
pujanza de un toro
y en el
Insti “Padre Suárez”
me gradué en
latín y en otros
idiomas,
como el francés,
tanmolieresco
y eufónico
que me ha
servido hasta hoy
como báculo
precioso
para
recorrer el mundo
desde el uno
al otro polo,
con un boli
en diestra mano
y sus poemas
a bordo.
Mi senectud
los evoca
y los recita
a manojos
en las
aulas, con los niños
repitiéndolos
a coro,
cual si
fueran papagayos
de un bosque
de tomo y lomo,
pues el
árbol de la Lengua,
que es un
árbol muy frondoso,
resuena en
ellos y brilla
la emoción
entre unos chorros
de luz que
doran el alma
llenándola
de reposo.
Hoy que
vuelvo a recordar
trozos y
trozos y trozos
de aquellos
lindos romances
—muchos de
ellos, ¡ay!, anónimos—
se
convierten en columnas
de un
palacio deleitoso
en el que he
morado a gusto
como un
jeque o emir moro.
Y aquí se
acaba la historia
de mi
romance amoroso.
Ojalá sirva
de ejemplo
para estos
tiempos de acoso
a la ninfa
Poesía…
918470225
No hay comentarios:
Publicar un comentario