todo es
volver a recordar
los paisajes
de la niñez
que nos
hicieron reír y llorar.
Yo volví
ayer
a mi casa
natal
y el pueblo
que me vio nacer
ya no es
igual.
Lo que creí
que era un vergel
ahora es
cemento nada más;
no queda
sitio en él
para jugar.
Los
malvarreales que planté
pegados a la
casa en el umbral
se
marchitaron sin oler
y sin abejas
de miel dar.
Tampoco
estaba el buche terco y fiel
al que mi
padre uncía al barandal
del carro en
que pintó un amanecer
en el toldo
abombado, saliendo del corral.
Ni estaban
la colodra ni el fardel
para nos
alimentar
cuando al
campo de trigos y cebadas a granel
nos
entregábamos para segar.
¿Y adónde el
niño fue,
el niño azul
de aquel hogar,
en el que
alpineaba carricoches de papel
desde su
tierna y corta edad?
No lo sé, no
lo sé;
no lo logré
encontrar.
Si es que
aún existe, le digo: “Ven,
918470225
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