aporte tanto
poder
como para
derribar los árboles
del natural
edén
de los
montes y valles
que les
sostienen en pie.
Ya se hallan
yacentes
tras el
invierno cruel.
Pero es así,
mal los
podemos ver.
Parecen
momias enramadas
en su última
vez.
¡Blancura de
la nieve!
¿Quién,
quién, quién, quién
será capaz
de
entenderla y por qué?
Todos
vosotros,
y yo
también,
caeremos
abatidos.
¿Cuándo?
¿Dónde? No sé.
Vivir es un
milagro
y otro milagro
es
morir,
morir, morir
y resucitar
después
como el
Cristo Jesús.
Amén.
91 8470225
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