hasta dar en
la mar
que es el
morir, amigo mío.
Así vamos a
tientas
del camino
revuelto
que nos echa
las cuentas.
Las cuentas
del deber,
las cuentas
del donar,
las cuentas
del quehacer.
Andar, andar,
andar
por el
sendero de la vida
hasta el
eterno descansar.
De perdidos,
al río.
¿Y qué hay
más allá
de ese
desvarío?
Carne de
consumo
somos nada
más.
Al final,
todo humo.
Sólo el
camino
origina y
termina
nuestro
destino.
¿Volverá a
florecer
la flor que
un día
se echó a
perder?
¡Ay, madre
mía!
91 8470225
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