Dijo el caracol:
ganaré a la tortuga
si luce el sol,
pero el sol, listo listo,
no apareció,
y avergonzado
se quedó
dentro solo
de su caparazón
el baboso y reptante
trepador.
La tortuga pensó igual,
y el triunfo le disputó,
por una cuestión...
de honor.
¡Para tal carrera,
vaya dos,
uno encerrado
y otro torpón!
Querer no es poder,
en conclusión,
digan lo que digan
los doctores en ciencia ficción.
Ni a galgos ni a podencos
me enfrento yo,
y menos a estos tipos
de la mí más mínima consideración.
Bastante tengo
con ser el que soy.
Sé tú tú mismo y que lo aprendan
la tortuga y el caracol.
Para no llegar a ninguna parte,
están de más la aficción y la imaginación.
a.sotopa@hotmail.com
91 847 02 25
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