En esta noche de luna
llena sobre Casas Novas,
permitan que les encante
a sus corteses pessoas
rimando con gracia y son
una saudadosa trova
con sabor e cheiro a campo
que del corazón me brota.
Ana, Sole, María Eugenia
-doncellas fechas señoras-,
sabios Nistal y Rivero
y el grande señor de Moura,
ha sido un placer juntarnos
en este Hotel Rural rosa
que es timbre de Portugal
y cofre fiel de su historia.
Entre un círculo de montes
que le guardan y coronan,
habéis repasado el césped
con pies de sol y de sombra,
habéis probado sus frutas:
ciruelas, cerezas, pomas… ,
habéis relajado el cuerpo,
habéis palpado sus rocas,
vísteis al agua ir riendo
por acequias cantadoras
y bronceasteis la piel
en sus piscinas caldosas.
Ya a la tarde paseasteis
por Pena Aventura en obras,
del tiro a la tirolina,
del canyoning a la noria,
del paint ball al tramplín
y del bar a las canoas,
y ahora aquí estamos brindando
con vino branco en la copa
en una taberna típica
que da un buen gusto a la boca.
De vuelta a Madrid contad
por toda la España, toda,
la beldad de estos paisajes,
su atmósfera ruiseñora,
su cielo añil cristalino,
sus huertos y sus parroquias,
repartidos por la estampa
curvilínea de la flora
que va de Vidago a Chaves
como una mágica alfombra.
Amigos de pluma y cámara,
sombrero, cinto y redoma,
que el agua del Alto Támega
os refresque la memoria
cada vez que algún turista
os pida un viaje a la gloria.
Esta es, aquí se encuentra:
en el Hotel Rural Rosa.
¡Va por vosotros, señores!
¡Va por vosotras, señoras!
(Romance recitado a los postres de una cena típica portuguesa en la
taberna “Maria Eugénia Teixeira”, de Beca Carvalhelhos, el 15-V-2014)
a.sotopa@hotmail.com
91 847 02 25
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