CONGRESO LASALIANO ZARAGOZA 2014
En la augusta Zaragoza,
cabe el Ebro, río grande,
se congregan los afdanos
lasalianos magistrales
para recordar su infancia
y adolescencia claustrales
allá en Griñón –neomudéjar
edificación de arte-
en donde desarrollaron
sus afanes culturales,
con el Parque de San Pedro
oliendo a flores y a árboles
y con una Inmaculada
de azul Murillo mirándoles
mientras lustraban el suelo
de pasillos y portales,
corre que corre a la zaga
del polvo en danza girante,
o aprendían a tocar
instrumentos musicales,
con Félix y Borguñó
que daban la voz cantante,
o mondaban las patatas
de la huerta… Aire, aire
penetraba por los altos
y ojivales ventanales,
pero estábamos cautivos
por amor a Dios los frailes,
porque yo me incluyo en ellos
como uno más de los tales,
retoños de no sé cuántos
tiempos duros, purasangre,
en los que éramos objeto
del deseo de los padres.
Luego ya escolasticados
tomamos rumbos distantes,
en las escuelas gratuitas
y en los colegios pagables,
hasta que más tarde muchos
-la vida es un incunable
que se escribe día a día
con diferentes finales-
abandonamos los hábitos
colgantes y regulares,
por ansias de libertad
o por mozas liberales,
y atrevidos o insensatos
y desnudos como Adanes,
nos salimos a ver mundo,
yendo de una a otra clave:
de la pintura a la música,
del babero al laico traje,
de la obediencia más ciega
al casi un cierto desmadre
y de una casta apostura
a ser padres tutelares
en muy distintos espacios
y en muy alejadas ciudades.
Hasta hoy, que otra vez juntos
los vivos –muertos aparte,
como el llorado Marino,
aquel misionero arcángel,
o Arriscado, ese otro místico
descorazonado y frágil…,
que se fueron a los cielos
tan ligeros de equipaje-,
los vivos, repito, aquí
y ahora e igual que antes
celebramos con gran gozo
de pastores trashumantes
el habernos conocido
en nuestros tiernos umbrales
y haber podido formar
discípulos de alto alcance
construyendo coles nuevos
en los campos suburbiales
desamparados entonces
por los públicos enjuagues,
y haber engrosado listas
de inocentes mentes fáctiles
que el Estado no atendía
con los comunes caudales.
A los pobres de la tierra
solos con el culo al aire,
los dejaba a la aventura
aunque fuera responsable.
Es mayo dos mil catorce
ya en sus días terminales,
llenos de sol y de espigas
que frutecerán en panes,
y el capitán que nos manda,
el Recio Carlos Urdiales,
con un Carlos más, que es Alda,
y sus tenientes leales,
como Gregorio, Gonzalo
y el poeta Ángel Hernández…
prepararon la ocasión
que nos mantuvo expectantes:
setenta corderos párvulos
bajo el Buen Pastor La Salle
-el maestro de maestros
de las escuelas actuales-
comiendo, bebiendo, hablando
y evocando los azares
de su formación libresca
con Homero y con el Dante,
con Horacio y con Virgilio,
con Garcilaso y Cervantes,
con Mío Cid de Vivar,
con Berceo y los romances
de la lengua castellana
prístina y apasionante….
Aquí estamos y seguimos
los caballeros notables
que fuimos rompiendo lanzas
en pro de un duro combate
por la memoria perdida
en el Campo de Agramante
que es la enseñanza reglada
por LOMCES, LOGSES y parches,
continuamente variados
y eternamente tornables,
pues no dieron en el quicio,
puerto, solución o anclaje
de que hay que educar primero
para después tener clase.
Maestros, siempre maestros,
con la verdad por delante.
No cejéis en el empeño
de hacer de España una y grande,
consuetos de los doctores
que fueron Cortés y Balmes,
Menéndez Pelayo, Ortega
y otros sabios cardinales,
como Morente y Marías,
pedagogos hoy exánimes,
pero gloriosos y uncidos
cual la uña con la carne
por sus métodos modernos
sin más ley que su coraje.
Y cito, también, y a bulto,
a Pestalozzi y Montaigñe,
a María Montessori,
a Manjón, el de Ave, Ave,
Ave, María Santísima,
que en sus proyectos es clave
desde que en el Sacromonte
junto al Albaycín del baile,
recogiera a los pequeños
como su tutor y Padre,
y a José de Calasanz
por la Roma miserable
que se le salía al paso
de arrapiezos pedernales,
a Paulo Freire en Brasil,
entre favelas flotantes,
a Piaget, Freinet, Rousseau,
Decroly y más semejantes.
Estos son solo unos pocos,
la lista es interminable.
Colegas de esas vivencias…,
ante políticos hábiles
que intentan destruir todo
sin añadir nada aparte,
os pido que estéis atentos
a sembrar, que no es tan fácil,
y a hacerlo ya, por amor,
antes de que sea tarde.
En la tarde del amor
Dios nos juzgará, lasalles,
el único juez tan justo
que merece nuestro laude.
Os dejo como empecé,
perplejos, fijos y unánimes,
debatiendo lo que acerca
y no lo que aísla en balde.
Por la gran resurrección
de una enseñanza palpable
por el pueblo que predica
“no ser nadie más que nadie”;
por ajustar cuentas críticas
y cuentos tradicionales
con los que van de rositas
a un circo de liviandades;
por estar donde hay que estar
con la lengua pura y madre
que nos parió como hombres
y mujeres pariguales;
por nosotros y los otros
que en un continuo desastre,
no nos ponemos de acuerdo
en temas tan acordables,
brindemos, la copa llena
del cava burbujeante:
que el mañana sea mejor,
que el mañana nos aguarde,
y que mañana, señores
maestritos y estudiantes,
resplandezca la ilusión
en un salve, salve, salve
que nos concentró a cantar
la verdad de las verdades
en este congreso afdano,
cabe el Ebro, comandante
de la gran cesaraugusta
que luce el Pilar engaste.
No tengo más que decir,
con lo dicho habéis bastante.
Camareros, que el champán
se sullivelle y derrame
desde los limpios manteles
hasta el filo del gaznate.
Zaragoza, a treinta y uno
de Mayo, con Dios mediante.
¡Va por ustedes, hermanos
del gran señor de La Salle!
Bebamos, bebamos juntos.
La vida es un trago andante
y hasta el cielo subiremos
cuando la vida se apague
y el Maestro de maestros
por apóstoles nos llame.
(En este romance, hermanos,
puede que me sobren frases,
pero lo que no me sobra
es voluntad de mensaje.
Volved a casa y contad
el Evangelio Lasalle.)
a.sotopa@hotmail.com
91 847 02 25
No hay comentarios:
Publicar un comentario