Lazarillo
soy yo
de la mano
de mis niños, ¡ya hombres crecidos!,
y de mis
tiernos nietos, tan repequeñinos.
El flautista
de Hamelin
(de ratones,
claro,
es decir,
malo –malo),
y Lázaro de
Tormes
otro pícaro
también,
que abusaba
de sus amos porque sus amos abusaban de
él.
Yo no abuso,
yo guío,
yo indico el
camino,
yo leo y
escribo,
escribo
derecho en renglones torcidos.
Y aquí me
tenéis:
lazarillo
gustoso en mi forma de ser.
918470225
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