no es de
quita y pon.
Sus columnas
resisten
contra toda
ambición
de
cristianos y de árabes
que
empoderados son
y
permanentemente
se hallan en
discusión.
La Mezquita
de Córdoba
es una joya
dúctil
muy digna de
custodia
y siempre
será inútil
mantenerla
en discordia
de un
disenso tan fútil.
La Mezquita
de Córdoba
—¡Ay,
dejémosla así,
tras años de
concordia
con naranjo
y jazmín—
ya nos dirá
la Historia
qué hacer
con ella, ¡ay, sí!
91 8470225
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