zarzuelas de
mariscos,
zarzuelas de
pescados,
zarzuelas de
vinitos,
zarzuelas de
segundos
en solo un
minutito,
zarzuelas de
cangrejos
rojamente
cocidos,
zarzuelas
muy diversas
con trocito
a trocito
de carnes y
pimientas,
bivalvos y
embutidos,
zarzuelas
para pobres,
zarzuelas
para ricos,
zarzuelas
calamares,
zarzuelas
siempre a tiro.
Y que este
poemilla
flojo y surrealisto
se convierta
en ejemplo
del hoy que
aquí suscribo:
tiempo
desquiciador
y tiempo compulsivo,
tiempo
desconcertado
y tiempo de
estropicios.
A ver quién
nos lo arregla,
que ya
vendrá otro sitio
en el que
nos sintamos
libres,
puros y dignos.
Me sulfuro,
me calmo…
y cierro el
pico.
Pero lo
dicho asumo,
lo dicho,
dicho.
Y que el
sabio se atenga
a este
artificio
de mezclar
las merinas
con los
bobillos.
Bovinos
todos
si no seguís
conmigo,
que, Dios
mediante,
os considero
amigos.
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