Montúzares y
Moneos,
Mercados,
Montes, Iglesias,
Benitos y
Galisteos…
y otros bien
apellidados
de este
convivio festero…
¡bien
venidos a la mesa
de tan
familiar encuentro
en el que
Marina es
eje, clave,
cuenta, cuento,
baluarte de
comunión,
piedra de
toque y de centro.
Estamos ante
la historia
del
acueducto supremo
que nos
encadena a todos
en la
sucesión del tiempo
y en la que
nos completamos
padres,
hijos, yayos, nietos…
y es la hora
de gozar
con Marina,
Hontoria adentro,
Marina, la
bien parida,
Marina, la
bella Otero
que nos
concentra en el núcleo
de este amor
tan verdadero.
¡Ay si la
abuela Vitoria
y el
inolvidable abuelo
Pepe Soto de
Jhon Deere
asistieran a
este evento!
¡Ay cuántas
risas y llantos
derramarían
por dentro
viendo a su
nieta Marina
de blanco
satén perfecto
repartida
entre nosotros
sus
parientes por derecho,
y cuánto,
Señor Dios mío,
recordarían
Cozuelos,
sus campanas
y sus eras,
sus afeites
y sus huevos,
que es que
iban y venían
como ennoviados
en celo
de Carrascal
a La Villa,
de La Villa
a Cantalejo
y de
Cantalejo a Coca
y de Coca al
extranjero
(tal Orlando
de Walt Disney
o París,
Torre de Hierro)!
¡Qué juntura
de ideales,
trabajos y
sentimientos
tras tantos
años unidos,
tantos
esfuerzos y esfuerzos,
siempre
comprando y comprando,
siempre
vendiendo y vendiendo!
Marina, tú
eres el nudo,
el anclaje y
el enredo
y el anillo
redondeado
de lo que
vengo diciendo.
¡Gloria a
ti, chiquilla nuestra,
por este
feliz momento!
Levantad la
copa al hombro,
levantad la
copa al cielo
y que el
Señor nos bendiga
con el
champán de por medio.
¡Arriba los
corazones,
Sotos,
Hernándezs, Moneos…
Va por
vosotros, señores,
Y por Marina
primero.!
Veintiséis de mayo es
del dos mil
dieciocho cierto.
Paz y bien
tengan ustedes
Se acabó lo
que se daba.
Gracias,
gracias, por supuesto.
Y ahora a
cantar y a jugar
en este
bendito pueblo
para que se
oiga muy alto
en el Otero
de Herreros.
91 8470225
No hay comentarios:
Publicar un comentario