que muestra
don Pedro Sánchez,
tienen muy
poquita gracia
pero ofrecen
mil detalles
de cómo el
presi las gasta
haciendo de
ellas alarde.
Para
empezar, esas manos
se enderezan
o se curvan
desde el
mástil de los brazos
y se separan
o juntan
con los
dedos apretados
hasta en
forma de herradura.
Una
herradura pedestre
que delata
pisotones
a la
inteligencia ambiente.
Y hay muchos
razonadores
a los que no
les convienen
cargaditos
de razones.
¿Adónde nos
llevarán
esas manos
masculinas
de moncloíto
lechal?
De momento a
las indignas
perdonaciones
del mal
causante de pobres
víctimas.
De las gafas
¿qué decir?
Que negras
son y no ven
la que se
avecina, y…
dispuesto
habrá de tener
otro par
claro a ese fin
si no quiere
ser infiel.
¿Y por qué,
si son hermanos
de
territorio y de sangre
gallegos,
ceutíes, vascos,
andaluces,
catalanes,
valencianos
y murcianos
y otros
tantos por delante?
Porque con
gafas opacas
no se pueden
clarear
los
problemas de esta España
Así que,
Pedro, si engañas
no te lo
tolerarán.
Un gobierno
que ha nacido
de una
moción de censura
concebida
como un tiro
en
circunstancias espúreas…
no merece
compromiso
sino
abstención cauta y dudas.
(Y más con
gafas oscuras)
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