adonde me
requieren las Moiras insistentes,
Átropos,
Cloto y Láquesis?
Nada.
Miento.
No seré
exagerado:
un polvo de
papeles,
una pipa
humeante,
algún poema
cojo.
He amado el
olvido, los niños y la lluvia.
Siempre con
clase ¿Y qué?
Nunca me
paré a ver qué me pasaba por delante.
Nunca me
quise despedir como lo hago ahora mismo.
A nadie le
importé
ni falta que
me hacía.
Aunque muy
conocido por mis trabajos públicos,
pasé desasistido
en el despacho
la mayor
parte de los días y las noches.
Mi presencia
secreta
jamás dio
pábulo a los chismes ni a las fabulaciones.
Ya me acerco
a las sombras
y ando con
tiento para no caer.
Y si caigo,
me levanto.
Duermo
tranquilo
ese tiempo
anticipado de la muerte que es el sueño.
Temer no
temo nada.
¿Es la vida
o la muerte la hilandera?
¿Penélope le
estuvo bordando el traje a Ulises camino de la mar?
¿Ulises
existió?
¿Y existió
Homero?
Literatura
es todo.
Y yo
también.
A dormir. A
dormir eternamente.
91 8470225
Buenos días, poeta
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