del año asaz
truculento
que acabamos
de cerrar,
y es que
estábamos al cupo
del proceso
catalán
con
Puigdemont, Forcadell
y Junqueras
sin parar
en desasirse
de España
nuestra
patria natural.
En esta
noche de cava
¿qué es lo
que me dejo atrás?
Algún amor
mimosón
de abuelo
terco y tenaz,
tres hijos
como tres árboles
con la sabia
a rebosar
desde el
tronco hasta la copa
por su ya
madura edad
y cinco
nietos pimpantes
venga a
jugar y estudiar
que a los
que les precedieron
sin duda
sucederán
con nuevos
sueños y agallas,
con nuevas
formas de actuar
y con la
mente aferrada
a la técnica
virtual.
¿Serán
robots? No lo sé.
Sí sé que
progresarán
y de que
pisar la Luna
hasta Marte subirán.
En el cielo
ya estaremos
los que
ahora en un pis pas
este suelo
abandonemos
con nuestra
carne mortal,
esperándoles
que lleguen
por
volvernos a juntar.
También este
año pasado
otras cosas
dejé atrás:
los
vendavales del odio,
la envidia,
la enemistad…
Jamás
pudieron conmigo
las fuerzas
del todo mal.
Aunque sea o
porque es tarde,
hay que
volver a empezar
olvidando
las desgracias
que
entorpecieron la paz
y el amor en
la familia
y en la
agreste humanidad.
Levantad la
copa, hermanos,
arriba,
arriba el champán,
burbujas
doradas bailan,
en su danza
hemos de entrar.
Por un Año
Nuevo dulce,
por un
tránsito vivaz,
por una
resurrección
que nos alce
a la verdad.
Siempre
unidos hombro a hombro,
pecho a
pecho, par a par,
y que un
destino feliz
cumpla con
nuestra ansiedad.
Os lo desea
Apuleyo,
poeta de
aquí y de allá,
con Ana la
baenense
por toda la
eternidad.
Nada más,
señores míos,
nada más
tengo que hablar.
Bienvenidos
al convivio
de esta
noche sin igual.
Que Dios nos
reparta suerte,
ahora
conmigo a cantar:
La
Nochebuena pasó,
la
Nochevieja se va,
pero
llegarán los Reyes
Melchor,
Gaspar, Baltasar
y ya estamos
esperándoles
como el
Niño… en el Portal.
91 8470225
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