Era sensible
y bien formado.
Era sensato
y atractivo.
Era un icono
de cristiano.
Era un poeta
a toda hora.
Era un
maestro equilibrado.
Era un
político incorrupto.
Era un
alcalde muy cercano.
Lo estoy
mirando con ternura.
Lo estoy
siguiendo caminando.
Pero ya ha
corrido mucho
y a los
cielos se ha marchado.
Vuelve,
hombre, a tus raíces.
Vuelve,
Eusebio, al pueblo llano.
Vuelve a tu
Santa María.
Aquí,
tristes, te esperamos.
Precioso... Buenos días querido amigo
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