Nuestra Seño
de Madrid,
cuya fiesta
celebramos
con
plegarias y chotís,
me es muy
grato recordar
travesía tan
feliz
en que
ilustres segovianos
además de
Daoíz,
asaltaron
sus murallas
después que
lo hiciera el Cid
en una tarde
de toros
que cantara
Moratín
y que la
Virgen se hallara
escondida en
el fortín.
Madrid es
tierra de moros
y también de
otros, que en lid
semejante se
batieron
para en ella
convivir.
Que la
Virgen, que es primera
dama del
pueblo gentil,
nos mantenga
por los siglos
de los
siglos siempre así.
Esto le pido
a Almudena,
la Reina del
too Madrid
en el dos
mil diecisiete
para otros nobles dos mil.
Firma
conmigo, paisano,
91 8470225
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