decían por
los pasillos
del
Congreso, a igual manera
veteranos y
pardillos
de la
Institución cimera.
No está, no
está, repetían,
y los ecos
repartían
lo dicho por
las estancias
que en tan
faustas circunstancias
un veto al
Rey suponían.
¿Por qué no
estuvo el que fuera
eje de la
transición
de la
dictadura huera
a la
democracia entera,
don Juan
Carlos de Borbón?
¿Por qué no
se le invitó
al que con
Suárez nos dio
cuarenta
años democráticos
que hasta
los más antipáticos
como
Iglesias Pocoyó
piensan que
lo mereció?
Si “de la
Ley a la Ley”,
aceptado por
el Rey
de entonces
al gran Torcuato,
se pasó del
aparato
del
Movimiento a la grey
plebeya sin
desacato,
¿por qué
otorgarle mal trato
siendo, como
es, aún Rey?
¿Es que no
arrimó los codos
en este país
de godos
y sufrió los
tristes modos
de un Tejero
coronel?
¡Al
hemiciclo con Él!
¿Es que en
los tiempos pretéritos
no fueron
muchos sus méritos,
más que los
de Pasionaria
con su prole
proletaria
y un Carrillo
de deméritos?
¿Quién aquí
ha perdido el juicio
justo,
noble, equilibrado?
¿Quién ha
sido tan osado
que no pensó
en el perjuicio
al
Parlamento causado?
¡A ese que
le den de lado!
91 8470225
No hay comentarios:
Publicar un comentario