María Teresa
León,
“patinadora
de la luna”
naranja-limón,
te cuento un
cuento,
pónmelo
atención:
Éranse una
vez
la vaca, el
ratón,
el sapo, la
sapa,
la rata, el
lirón,
el gato, la
gata,
el tigre, el
león,
el lobo, el
cordero,
la hormiga,
el bison-
te, la
tortuga,
el camaleón,
la hiena, la
sierpe,
la cabra, el
cabrón,
la araña, el
araño…
y el
bobalicón
Juan, al que
su madre
no daba
razón
por ser
tonto, tonto
de capirotón
en casa, en
la calle
y en toda
ocasión.
Llegado el
Diluvio,
todo ese
montón
del diestro
Noé
entró de
aluvión
en el arca
sacra
como
prevención
no fueran a
ahogarse
y adiós
SALVACIÓN.
El caso es
que Juan,
el
bobalicón,
a costa de
ellos
se ganó un
pastón.
“Todo para
el pueblo”,
dijo con
pasión,
pero sin
embargo,
como era
guasón,
le timó a
las bravas,
y de sopetón
se guardó en
el bolso
-ay, chitón,
chitón-
un animalico
listillo y
parlón
que era como
él
de bravo y
faltón.
¿Adivinaréis
ya la
solución
del cuento
contado
para
diversión
de buenos y
malos
y sin
distinción?
El ser
engañado
91 8470225
Buenos días, mi poeta de la vida!!!!
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