Empecemos
por la luna,
una opaca
luminaria
en la luz
del orosol
pulcramente
reflejada.
Pues la
mujer ama al hombre,
sigamos
ahora por marta,
esa mártir
de los martes
guerreros
donde los haya.
El miércoles
se hace miércolas
en su
condición de dama,
así que
démosle sitio
en medio de
la semana.
Al jueves ponemos
juevas
y de esa
forma está echada
la suerte a
favor de féminas
con el
chocho entre las cachas,
convirtiendo
los ovarios
de siempre
en ovarias, vaya.
Al viernes
le transformamos
en viernas
despelotadas
y llegamos
hasta el sábado,
que ya
llamaremos sábada
para acabar
en dominga
y no en
domingo, caramba.
Esta es la
proposición
de un
cátedro tontilhaba,
después que
otro semejante
a los meses
los cambiara
por mesas
sustentadoras
de la
calendaria usada.
Hay que
progresar, señores,
pues
femenina es la barba.
femeninas
las señoras,
Gracias por hacerme reir tan de mañana. Un beso muy grande para mi Anita
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