Voy del azul al negro
y luego al rojo
porque soy maníaco
cultivando antojos.
Ahora la punta de la pluma estilográfica
con deleite mojo;
las cargas de Inoxcrom
apenas toco;
con los dedos las hinco
para que poco a poco
les descienda el color
de su pequeño pozo undoso.
Tintar el papel blanco
es todo un gozo
por el resbalamiento
de la mano y los ojos.
Los poemas y los artículos
se me acumulan a lo loco
y los paso al Zoquejo
como pidiendo socorro,
de forma que así Fátima
ve que no me ahogo,
los saca a flote
y les pone a tono.
Mil y pico ya llevo
en este año solo.
Hasta la Biblia en verso cuento
si me lo propongo.
Por hoy ya basta
y el capuchón le pongo
a la pluma estilográfica
reproducida como los hongos.
Cartucho quito,
cartucho escojo.
Desde el coronavirus
-del que estoy hasta el coño-
fuera azules y negros,
son rojos todos
como la sangre hirviente
sobre mi pecho roto.
918470225
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