miércoles, 29 de abril de 2020

Curvas


Agárrate, que hay curvas,
me grita el conductor,
y a un clavo ardiente
me arrimo yo.
¡Cuidado, amigo,
ahí precisamente no!,
aclara el del volante
con temor.
Saltan chispas volátiles
del electrocutor.
La vida es un hilo
pendiente entre los dos.
Corre, corre, corre
el bólido cabrón.
ronca, ronca, ronca   
el trepidante motor.
Al llegar los dos sanos,
sonríe el conductor
y se lava las manos
con lejía y alcohol.
Sin novedad en el trayecto,
con las curvas, como ellas son,
insiste el megatrotter
mientras me calmo yo.
¿No es esto una metáfora
de lo que nos está sobrepasándonos?

918470225

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