River-Boca.
Bernabeu.
¿Es que es
cierto lo que veu?
Toda Europa
volcada de
proa a popa
y Norte a
Sur.
¡Jesús,
Jesús!
¡Qué cara y
qué cruz!
Sonrisas y
lágrimas
avivan las
ánimas
y los bravos
cuerpos
de sudores puercos.
América
Arriba y América Abajo
Pendientes.
Carajo.
También la
Central
se hace un
carajal.
¡Ojo que los
ve
al River y
al Boca
dándose con
la punta del pie
pues es lo
que toca.
¿Para qué y
por qué?
Para un
triunfo efímero
del que este
plumífero
no sabe. No
sé.
Gol del Boca
Junior,
tormenta del
River.
Líder,
líder, líder…
líder liber
es.
Minuto
setenta y cinco:
el partido
pega un brinco
que nos
llena de emoción.
¿River?
¿Boca?
¡Ay,
cualquiera se equivoca!
En un punto…
el corazón.
Paciencia.
Aún no ha acabado
el encuentro
deseado.
No hay
desaires
aquí como en
Buenos Aires.
Igualdad de
rigor
en el
marcador:
uno a uno.
¿Cuál de los
dos es más tuno?
Ya se sabrá
cuando alguno…
se imponga
en esta
alargada y retorcida conga.
Y final.
Nunca viví
—y mira que
la sufrí—
campaña tan
sinigual.
¿Fue verdad
o la soñé?
Pues no lo
sé,
pero aquí
dejo
como un
pendejo
la crónica
del balompié.
3-1. Ya se
acabó.
El River la
remató.
Madrid.
Diciembre. La noche
con un
broche
de estrellas
al par cubrió.
Y de Cibeles
a Sol
la parranda
discurrió
con
banderas, brazaletes,
tamboriles,
chansonetes
y tatuajes…
¡Cómo no!
918470225
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