podrá darnos
ilusión
esta
Nochevieja chocha
que abre un
Año Nuevo al son
de las doce
campanadas
del reloj
Puerta del Sol.
Se ve negro
el diecinueve,
no asoma ni
un resplandor
tras el
túnel del dieciocho
que acaba de
abandonárnonos.
Malos
tiempos pintan, pues,
en el solar
español
con
pensiones demediadas
y trabajos
sin honor
en el curro
repartiendo
cerveza,
coñac y ron
o cartas,
móviles, libros…
de Segur y
de Amazón.
Ni el
pescado está vendido
ni se alegra
el pescador
de las Costas
de la Muerte
arrimado al
malecón
porque las
olas traidoras
pueden darle
un revolcón
y echarle a
perder las redes
de la gamba
y el gambón,
los
crustáceos, los mariscos,
el atún y el
boquerón.
Hasta Teresa
Rodríguez,
que es
boquita de piñón,
ha hablado
de “desencanto”
ante tal
situación,
no solo de
la intendencia
sino de lo
que es peor:
el lío de
Cataluña
que nos
legaron Pujol,
Artur Mas,
Torra el baboso
y el fugado Puchimón.
Que el año
entrante nos coja
con ánimo
pujador
para
embestir la impostura,
la
injusticia y la traición.
Arriba los
corazones
con la
sangre y la razón.
Nadie habrá
de detenernos
en esa pura
ascensión.
Año Nuevo,
Vida Nueva,
Camisas
Viejas… más no.
Rejuvenecernos
es,
por tanto,
una obligación,
cara al
viento infortunado,
cara al
norte y cara al sol
y que venga
lo que venga
nos
encuentre en paz y amor.
Españoles
hasta el tuétano,
así es como
os quiero yo.
Hacedme
caso, os lo pido
de rodillas,
por favor.
Ni un paso
atrás. Adelante
los de babor
y estribor.
918470225
Bueno es el comentario, mejor el trovador. Dios le de vida y que pueda verlo yo.
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