o de tres en
tres
vuelven las
cerezas
y los
cacahuetes campo a través,
un año, otro
año,
una y otra
vez,
igual que la
iguana,
igual que el
ciempiés.
No como la
nuez,
vistosa
honradez
en su
redondez,
que se llena
sola
cual cerebro
exprés,
cubriendo
taimada,
ay, su
desnudez
de la zorra
alzada
a su
doncellez,
o la abeja
casta
de luz y de
miel
que en sí se
ensimisma
de oro y de
oropel
de cera
panel.
Una, dos y
tres,
cuatro,
cinco, seis,
cincuenta,
sesenta…
o noventa y
cien.
Abejas,
cerezas,
Cacahuetas,
nuez:
todas
laboriosas…
A comer,
comer.
Y que nadie
vuelva
por ellas
después.
91 8470225
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