las
diferencias
y qué poco,
Dios mío,
se las
aprecia,
se las
cultiva,
se las
respeta…
por el bien
de todos
en
consecuencia!
Los
mandamases
de las
potencias
dénse por
aludidos,
ténganlas
bien en cuenta
y no se
ofusquen
ni se
entretengan
en
suprimirlas,
en
suspenderlas
en
enfrentarlas
o
amortecerlas.
Dejen que
cada uno
muestre su
esencia
y convivan
adjuntos
hombres y
hembras
lo mismo en
las ciudades
que en las
aldeas.
Para todos
un sitio,
un hogar,
una escuela,
un trabajo,
unas normas,
un cauce,
una bandera.
Pero no
separarlos
por lo que
piensan,
por donde
nacen,
por donde
comen,
por donde
siembran,
por donde se
ilusionan,
pintan y crean.
Todos a una,
que una es la tierra
con golfos, cabos,
montes, laderas,
mares y ríos,
árboles, hierbas,
flores y frutos…
Y sin fronteras.
91 8470225
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