que reinas
en el cielo
y en esta
campa urbana
ya no se te
ve el pelo:
líbranos de Carmena,
la alcaldesa
abuelita
que se cree
muy buena
pero irrita
pues quita
nombres de
gloria llena
en las
calles cainitas.
Líbranos de
Carmona,
que está de
cucamona
con ella de
la mano,
mono él y ella mona.
Pareja sin
igual,
ha hecho tanto
mal
cual la
decimonona
centuria
demencial
que abolió
la Corona
de la España
imperial.
Ayuda a la
Cifuentes,
comunera
ejemplar
de palacios
y fuentes
de la Villa
Real,
y cúranos la
espina
del Ramón
Espinar
que se
engalla, se empina…
tras un breve
currar
por pura
inquina
obrando sin
pensar.
Protege a
Villacís
que, vista “vis
a vis”
en “Rodea el
Congreso”,
sufrió con
grave exceso
verse
adjunta a lo gris
del
ciudadano espeso .
Es Begoña la
enseña
dura como
una peña
de este
ingrato país:
su santa y
seña.
Da cobijo en
Madrid
a tanto
refugiado
como pide un
visado
del Castillo
del Cid.
Tenlos
siempre a tu lado,
divina
Emperatriz;
será de sumo
agrado
compartir el
desliz
del sirio
acongojado
que perdió
su raíz.
Pues eres
Madre nuestra
-ya que
estás a la diestra
del Padre
celestial-,
aboga por
nosotros y demuestra
tu poder virginal:
que no nos
hunda el mal
de la vieja y
siniestra
revuelta carcamal,
que tal que
así se muestra
la vida
actual.
Hora a hora,
os suplico,
Señora,
que cumpláis
mi consejo.
En vuestras
manos dejo
esta simple
oración.
Dadnos la
bendición,
que si de
algo me quejo
es de falta
de unión
en aqueste
pendejo
918470225
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