Tanta palabra huera
no lleva a parte alguna
que buena sea.
Un ejemplo el de Rita
muerta de infarto
de prisa, aprisa.
Entre todos la matamos
y ella sola se murió.
¿Cómo ahora lo pagamos?
Siempre lo digo:
a esperar, a esperar
a jueces y testigos,
antes de condenar
sin saber lo que al fin
habrá que lamentar.
Cuidado con el habla
y la escritura
porque fallan, fallan
contra natura.
Y después no hay remedio
que ponga los juicios
en su punto medio.
¡Ay Izquierda zocata y zoquete
hasta qué y hasta cuándo
malmeterás, malmetes?
¿Perdón, ahora?
Ni tú lo das
ni se te implora.
Los llantos o las risas a deshora
no valen para nada,
señor, señora.
Adiós la Barberá del “caloret”,
y que el ensañamiento
no vuelva a suceder.
918470225
a.sotopa@hotmail.com
Eres todo amor Apuleyo. Y cuanta razón... como sinrazón en la desmesura. Saludos de aquel que te conoció pero no te entendio, en aquella librería de Alcobendas, por ser tan niño todavía. Saludos poeta.
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