Las mujeres empresarias
están que nos lo dan todo
con esfuerzo y a su modo
como damas ejemplarias.
Pienso en Vicky, pienso en Luisa,
pienso en Mari, pienso en Laura,
pienso en Nati y su sonrisa
que esplende en el rostro un aura.
Pienso en la fuentesauqueña
Eli Soto, que madruga,
y en su horno de pan y leña
por sus socios apechuga.
Pienso en cualquier castellana
que sin andar a la sombra
del hombre que más la ama
al propio hombre le asombra.
Pensad vosotros ahora,
tras estos versos enteros,
a cuántos señores hueros
lecciones da su señora.
Y al final, ay, ríanse
por no llorar, aunque pena
da tanto sansirolé
como llevamos en vena …,
que yo sé lo que me suena
aunque a nadie lo diré.
Todos a la mar, morena.
¿Y después? No lo ignoréis.
Polvo, ceniza y arena.
Quevedo lo vio y lo ve.
desde su excitante antena
de cojitranco diablés:
las mujeres en escena
de lo que se debe ser.
Ahora a sufrir su condena
y arrodillarse a sus pies.
a.sotopa@hotmail.com
918470225
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