Acoso, violencia, transgresión,
ansiedad, vacuidad, palabrería,
una tras otra tanta tontería
que nos hiela y abrasa el corazón.
Pido estar fuera de esa obstinación
en mostrar cada hora y cada día
cuanta es su constante malversía
de la paz, el trabajo y la ilusión.
Nada más, nada menos, yo querría
que este pueblo o nación en alquería
a ser volviera, como fue, Señor
de respeto, de amor, de cortesía,
de honor, de resemblanza y de hidalguía
como en los tiempos de su Emperador.
(Y después, alma mía,
con la cabeza fría,
ponerme a celebrarlo con fervor).
a.sotopa@hotmail.com
918470225
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