Argos, te
voy a acostar.
Duérmete,
gato pardo.
Arrorró,
arrarrá.
Arrorró,
arrarrá.
Miau, miau,
miau, miau…
Cierra los
ojos
que son mis
antojos.
La noche
está delante.
no te
levantes.
Marramamiau,
marramamiau.
Arrorró,
arrorró,
tú ves más
que yo.
Felices
sueños, ceporro
siempre
durmiendo.
Si sigues
así,
pronto te
vendo…
Va y se
despierta
en sueños
alerta.
No te
venderé
y en mis
brazos te tendré
frente a la
puerta abierta.
Tú verás
lo que
hacer:
dormir o
soñar.
No importa
lo demás:
mear o c****
Argos, dime
tú,
¿soy yo tu
yo-yo
o tú mi
yu-yú?
Argos se
durmió.
¿Qué hago
ahora por él?
Prepararle
gustoso
mesa y
mantel.
—Argos,
toma, toma,
toma café.
Lo huele, lo
esquiva,
se va, ya se
fue,
yo solo
solito
solo me
quedé.
—Argos
¿viste anoche
la luna
redonda?
—Como el
alimoche
me quedé a
hacerle la ronda.
—¿Y qué pasó
después?
—Eso ya no lo
sé.
—Argos, tú
tranquilo.
No hay
cometa sin hilo.
Sin duda
volverá
y a lo mejor
contigo
un día o una
noche… se casará.
Es muy gansa
la luna.
La ves y no
la verás más
si enamorado
no estás
como los
románticos
de siglos
atrás:
Espronceda,
Zorrilla,
Bécquer,
Arolas, Rosalía de Castro y La Pardo Bazán.
Duerme, mi
gato
de nariz
azafrán.
Todo sea como
es,
no le des
vueltas al bataclán, bataclán,
que él sabe
por donde
al agua
llevar,
al agua del
amor,
que viene y
se va
como ave
peregrina
918470225
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