La áurea moneda
de la democracia
reluce en la boca
pero ahí se estanca.
Todos a por ella,
ninguno la alcanza,
ninguno la aporta,
qué pasta más gansa.
Maldito su canto,
maldita su estampa,
maldito el Congreso
con desgracia tanta.
Van los pretendientes
de las urnas-cajas
con el ansia al cuello
a ver si es que ganan.
Pero ni por esas
dan un palo al agua,
que al pueblo… votar
ya no le dan ganas,
porque le distraen
el voto a sus anchas,
porque se le usa,
porque se le engaña.
La áurea moneda
de la democracia
está por debajo
de una mula falsa.
Todo son promesas,
palabras, palabras,
y luego la cuenta
no sale, pues falla.
A las elecciones
terceras le llaman
¿por qué?, ¿para qué?
Amos anda, anda.
Ya tienen bastantes
montones de alfalfa
los representantes
de esta timocracia.
a.sotopa@hotmail.com
918470225
No hay comentarios:
Publicar un comentario