Al modo de
Andrés Fernández de Andrada, soberbio y dorado autor de la “Epístola moral a
Fabio”, me dirijo a los gentiles diputados del Congreso, en estas
circunstancias excepcionales, para que no olviden la sagrada representación del
pueblo que les dio su voto y actúen en consecuencia, sin malversar ni retorcer la
voluntad popular con sofismas demagógicos que a ninguna parte buena llevan a
los españoles. Hay leña de enseñanza para todos. A legislar por el bien común,
en libertad, paz y solidaridad. Y léase la epístola mía con humor. En ningún
momento traté de herir sino de lamentar la situación actual tan obcecada ante
cualquier solución de continuidad. Los políticos son los únicos causantes de
este perplejísimo envaramiento nacional. Dios, si quiere, que les perdone, que
nosotros, no.
Ilustres
Señorías del Congreso:
Como Pablo
de Tarso a los gentiles,
os envío
esta carta con un beso.
Sed
honestos, sed fuertes, sed viriles,
atended con
justicia al pueblo llano,
no seáis
apocados ni serviles.
Desde mí
mismidad de castellano
os invoco al
contraste de opiniones
pero no al
desvarío soberano.
Aquí ya no
nos quedan más “quiñones”
que aceptar
lo que el vulgo quiso y quiso
y recambiar
los síes por los nones.
Así de
claro, culto, llano y liso
en esta
tierra asunta de borbones.
Aviso,
aviso, aviso, aviso, aviso, aviso.
A ver quién
es quien tiene más cojones
que el rey
que nos gobierna tan solícito
en aumentar
la voluntad de uniones.
En ello ya
el Monarca fuera explícito.
Esperemos a
ver qué destemplanzas
surgen de ese
deseo tan implícito.
Adiós las
enrocadas militancias,
adiós los
enrocados acomodos,
adiós las
ampulosas discordancias.
Las leyes
son las leyes para todos,
redactadlas
con tino y con prudencia
y no las
apañéis a vuestros modos,
porque os va
a remorder, ay, la conciencia
sino actuáis
en beneficio puro
de la total
votancia y complacencia.
Si así lo
hacéis, templados, yo aseguro
que España
será ejemplo democrático
para el
indocto Nicolás Maduro.
Escuchad al
ambiente mesocrático,
dad por
buenas las mañas de Rajoy
y mantened
el partidismo estático.
Y
ateniéndoos al círculo de hoy,
respetad las
costumbres antañonas,
que son, en
consecuencia, a lo que voy.
No por
viejas van a ser regañonas
con la
modernidad que ellas asumen
en cada cual
de las distintas zonas.
Mientras mis
ansias justas se consumen,
congresistas
del superhemiciclo,
en vez de
restar tanto, sumen, sumen.
No sea que a
la instancia de un buen ciclo
queden
ustedes a tomar por culo
lo mismo que
un biciclo o un tricicliclo.
El oro, la
maldad, el disimulo
no son
dignos de amor ni subsistencia,
os lo digo
lo mismo que Catulo.
Olvidar por
un tiempo mi insistencia.
“Pasáronse
las flores del verano”,
va a llegar
un otoño de impaciencia
y acaso, por
demás, un híber cano
con su
nevosa Navidad adversa
que volverá
a las urnas piano, piano.
¡0h multitud
equívoca y diversa!
De vosotros
con pena me despido;
ya nada más
que lo que he dicho pido:
¡buena
suerte, Dios mío, y alma tersa!
918470225