Hay topónimos -la mayoría, sino todos- que responden y representan a la verdadera esencia del terreno que nombran. Tal es Aguilafuente.
Me estoy paseando estos días por las márgenes del río Cega a su paso por los términos de esta villa segoviana y no he podido contenerme de la emoción. Así que aquí le va un poema trirrimo. Seguro que es malo, vale, pero a mí me vale y me consuela:
Aguilafuente, Vagilafont,
historia y arte, punto de unción:
modernidad y tradición.
Aguilafuente, vuelo al futuro,
magno presente, manantial puro,
de convivencia, puerto seguro.
Aguilafuente, silla obispal,
agricultura del cereal,
arqueología y Sinodal.
Aguilafuente, Museo grato
de Florentino Trapero un rato,
sus esculturas, un simple dato.
91 847 02 25
a.sotopa@hotmail.com
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